Koala Phascolarctos cinereus Goldfuss, 1817

El koala solamente vive en algunos bosquecillos de eucaliptos australianos, donde lleva una existencia preferentemente nocturna y arborícola, bajando rara vez al suelo, sólo para lamer la tierra y procurarse minerales o para cambiar de árbol. Trepa con gran facilidad gracias a la posición del dedo índice del mismo lado que el pulgar, con lo que la mano se convierte en una fuerte pinza trepadora, armada de poderosas uñas. Todas las extremidades tienen cinco dedos, pero en las posteriores, los dedos segundo y tercero están fusionados.

No tiene cola, el hocico es corto, ancho y desprovisto de pelo, la lengua es inextensible, y la boca presenta abazones para almacenar el alimento. Su pelaje, de color oscuro en el dorso y blanquecino en la región abdominal, es bastante espeso y sedoso, y cumple un papel importante para mantener la temperatura corporal. Las orejas son grandes y están cubiertas de un pelo espeso que forma un fleco en el borde. Los adultos pueden sobrepasar los diez kilogramos de peso con una longitud corporal de 75 centímetros.

Tienen muy desarrollados los sentidos del olfato y el oído, mientras que su vista es bastante deficiente. Cuentan con una amplia variedad de sonidos, que les permiten comunicarse a grandes distancias.

Se alimentan solamente de la corteza, los brotes y las hojas más viejas y coriáceas de ciertas especies de eucaliptos (las hojas jóvenes contienen dosis de ácido prúsico que podrían ser mortales). Su boca está dotada de afilados incisivos en la parte delantera.

El koala tiene un sólo cachorro al año. La gestación dura sólo 35 días. Las crías pesan unos cinco gramos al nacer, son ciegas y completamente lampiñas. Se arrastran hasta la bolsa marsupial de la madre y se mantienen en ella mamando durante unos seis meses. Esta bolsa se abre por la parte inferior.

Rev: agosto-10